Nací en la Ciudad de Neuquén, en una familia corrompida. Siempre me sentí muy sola.
Desde niña me acompaña el desamparo.
Durante mi infancia, adolescencia y juventud, padecí una serie de eventos devastadores que me condujeron al abismo.
En el 2018, decidí escaparme del Sur sin el consentimiento de mis xadres. Así, hallé refugio en Buenos Aires.
Esta serie de fotografías analógicas, a las que llamé “Nostalgia”, son un breve resumen fílmico de estos últimos tres años en la Ciudad de La Furia.
Luchando contra viento y marea para rearmar mi vida, ahora más sola que nunca.
Mis composiciones, siempre tan solitarias, siempre tan desamparadas, inconscientemente intentan transmitir esa soledad que caracteriza a mis vivencias.
Todo espacio deshabitado y desvalido, interpela a mi ojos.
Supongo que, tantos años de transitar la nostalgia a flor de piel, lograron que, a la hora de fotografiar, me sienta atraída por los espacios que plasman metafóricamente esa sensación de añoranza. Esa sensación de añoranza que no logra desprenderse de mí y que, calamitosamente, se ha ido impregnando en cada recoveco de mi cuerpo físico y espiritual.
A veces me veo reflejada en esos espacios vacíos y en esos objetos marginados.
Me fusiono y mimetizo con ellos.
