La historia empieza con una compra impulsiva, una
cámara de medio cuadro, medio amor a primera vista,
chiquita e independiente, hace un poco lo que quiere,
pocas funciones y mucho azar.
Dos imágenes, una pregunta y una respuesta.
Una compañía.
Cuando se ponen dos cosas en relación se generan tensiones,
armonías, desequilibrios, comparaciones, incomodidades.
Al revelar un rollo todo eran piezas sueltas, fotos
buscando su par, muchas veces se encontraban solas, por
azar, otras veces las emparentaba yo.
¿Qué siento cuando te miro?
¿Me miro cuando te miro?
¿Qué siento cuando me miro?
Todo es un juego, armar dípticos e ir encontrando las piezas
del rompecabezas y cuando las piezas se
encuentran ¡Ay! En ese momento todo empieza a tener
sentido.
Esta camarita fue mi relación más estable de 2018 a 2021
cuando le corté, al final no estaba tan enamorada, quise
empezar a tomar más decisiones.
Me dejó de acompañar en todo momento y pasó a ser una
relación más casual, le agradezco mucho porque crecí con ella.
Ahora tengo muchas compañías, el diario nunca termina.
Julieta Christofilakis
Buenos Aires, Argentina