Me gusta el Boxeo. Soy de los que lo consideran un deporte de alto rendimiento y con reglas claras. Durante varios años lo practique con un entrenador que me incentivaba con frases como: “Levante la guardia que los golpes no alimentan” o “téngale bronca al cuerpo”…
Por alguna razón siempre me quedaron grabadas esas frases, así como también el rostro de Lorenzo Beneventanno, mi entrenador, tallado por los golpes. Esta es una serie de retratos de estos hombres que han dedicado sus vidas a este noble y sacrificado deporte.
El conjunto de retratos suma historias en esas huellas.
La quietud y la aparente serenidad en esas grietas nos muestran un pasado tormentoso. Los golpes fueron detenidos en el tiempo.
Además de la inevitable reflexión, el objetivo es rendir un homenaje a estos notables y valerosos luchadores que casi siempre dejaron todo y con demasiada frecuencia se quedaron sin nada.
Por alguna razón siempre me quedaron grabadas esas frases, así como también el rostro de Lorenzo Beneventanno, mi entrenador, tallado por los golpes. Esta es una serie de retratos de estos hombres que han dedicado sus vidas a este noble y sacrificado deporte.
El conjunto de retratos suma historias en esas huellas.
La quietud y la aparente serenidad en esas grietas nos muestran un pasado tormentoso. Los golpes fueron detenidos en el tiempo.
Además de la inevitable reflexión, el objetivo es rendir un homenaje a estos notables y valerosos luchadores que casi siempre dejaron todo y con demasiada frecuencia se quedaron sin nada.
Diego Levy
Buenos Aires
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