Nació allí, ahora ella camina sola,
en su cartera los recuerdos y en sus labios un color,
los pies marcados , los arboles pintados.
Carmen se arregla para estar sola, quizá no,
cuantas cosas quedaron atrás, cuantos recuerdos congelados,
las paredes no soportan mas la soledad, pero, Carmen la soporta, o no?
El suelo y el cielo parecen encontrarse para devastar todo,
los truenos al correr en días soleados,
huir, huir, esconderse.
Se dibujan las sombras y se hacen mas fuertes, tal vez dan calma,
la luz le sofoca porque puede ver,
Carmen no está sola, se tiene a ella,
eso es lo fatal.
Francisco Jarrín